jueves, 6 de junio de 2013

Maleducados de verdad



Presumen los jugadores y aficionados al rugby de los valores que transmite: compañerismo, respeto, solidaridad…

Parece que a algunos jugadores ingleses se les han olvidado, recientemente, esos valores; hagamos un breve repaso:

Manu Tuilagi la emprendió a puñetazos con su buen amigo Chris Ashton, que a su vez se mofa de rivales y aficionados contrarios con su famoso “splash” a la hora de celebrar sus ensayos.



De él debió aprender Delon Armitage cuando se mofaba de la incapacidad de Brock James para placarle y evitar su ensayo en la última final de Heineken Cup.

Dylan Hartley tiene un máster en sanciones por todo tipo de motivos; la última de ellas ha sido por su manifiesta incapacidad para mantener la boca cerrada ante árbitro y rivales en la final de la Aviva Premiership; dos de esos rivales: Ben Youngs y Dan Cole no tuvieron mejor idea que festejar y aplaudir al árbitro cuando mostraba la tarjeta roja a su compañero. 



Ese partido seguro que lo vio Owen Farrell y decidió emular a los del aplauso, en el primer partido que disputó tras esa escena, cuando el árbitro mostró la amarilla a Schalk Brits (compañero de Farrell en Saracens) en un “tensísimo” enfrentamiento entre Lions y Barbarians. Creemos que Farrell celebraba que el árbitro le había librado, momentáneamente, de un sudafricano malhumorado que le había lanzado dos crochés que si le hubiesen alcanzado de pleno le hubiesen cambiado el flequillo de lado.

Parece que hubiésemos cerrado el círculo con el tema de los puñetazos… pero sería injustificable dejar fuera de esta lista a Callum Clark, que se ganó 32 semanas de sanción por romper un brazo de forma voluntaria a un rival.

Hemos optado por ceñirnos a comportamientos recientes y dentro del campo; la biografía de los señores Hartley y Armitage nos daría para extender este resumen y convertirlo en un capítulo único y exclusivo para cada uno de ellos.

Y de los comportamientos fuera del campo no hemos dicho nada…

Por lo tanto, desde aquí les recomendaríamos a todos ellos (excepto a Delon Armitage, por motivos obvios) una agradable visita a la región de Provenza-Alpes-Costa Azul y que una vez allí, pregunten a algunos de sus respetados compatriotas como hay que comportarse dentro de un terreno de juego: Andrew John Sheridan, Jonathan Peter Wilkinson, Nicholas John Kennedy o Simon Dalton Shaw son personas bastante indicadas para orientarles y para que puedan aprender a no reincidir en estos deplorables errores.

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