La segunda semifinal de la Heineken Cup ha estado cargada de emoción hasta el pitido final del árbitro; Con 15-19 en el marcador a favor de Leinster, Fofana ha tendio la oportunidad de ensayar y ganar el partido para Clermont pero no ha posado el balón y el resultado ya no se ha movido.
Clermont tiene un grave problema a la hora de afrontar muchos partidos: lo hace como un equipo pequeño, rácano en sus planteamientos y que intenta ganar con la ley del mínimo esfuerzo. Y esa ley del mínimo esfuerzo se llama Brock James.
Clermont vincula su suerte en la mayoría de los partidos al acierto en los pateos de su número 10. Y eso es un recurso lamentable para un equipo que alinea a Lee Byrne, Sitiveni Sivivatu, Aurelien Rougerie, Wesley Fofana, Julien Malzieu o Morgan Parra entre otros (el apartado de Parra va ahora).
Ni siquiera Toulon que tiene al pateador entre los pateadores encomienda su destino a alguien que fue capaz de ganar un mundial con Inglaterra a base de patadas. Cualquier equipo suele tener un plan "b" a excepción de Clermont.
En la primera mitad del encuentro, tras sobrevivir al arreón inicial de Leinster, Clermont fue capaz de dominar el juego y conseguir que los irlandeses tuviesen que preocuparse más de defender su "in goal" que de atacar el de los franceses.
La segunda mitad de Clermont fue sencillamente lamentable tratándose de un equipo que quiere ser grande. Durante 35 minutos estuvieron desaparecidos, completamente a merced de Leinster salvo los 5 últimos minutos. Es de suponer que fue ahí cuando los clermontois descubrieron que estaban 4 puntos abajo en el marcador (con lo cual ni drop ni golpe de castigo les servían) y sacaron todo el potencial ofensivo que poseen y que a punto ha estado de permitirles acceder a la final.
Ahora vamos con Morgan Parra:
El 9 de Clermont ha demostrado una vez más tener sólo una velocidad y una idea fija. El dinamismo y la rapidez, que sus defensores le otorgan como gran virtud, a la hora de transmitir en balón a sus compañeros se convierte en muchas ocasiones en un despropósito que lo único que consigue es dejar a su equipo descolocado y facilitar mucho las tareas defensivas del rival. Sus liberaciones de balón suelen incluir pases poco precisos cuyo control mete en serios problemas a alguno de sus compañeros y permite que los defensores contrarios puedan placar con relativa sencillez en muchos casos.
En resumen, Clermont necesita cambiar de mentalidad y salir decididamente a por los partidos; actitud que si demuestra Leinster y que le permite llevarse un porcentaje importante de victorias únicamente por su convicción de lograrlas.
El 19 de Mayo Twickenham será tomado por los irlandeses de Ulster y Leinster para ver quien se lleva la Heineken Cup de este año.
Clermont ha dejado escapar una gran oportunidad. Fofana soñará durante bastante tiempo con la jugada definitiva en la que se le escapó el balón antes de posar. Sin embargo es un jugador joven y tiene tiempo por delante para conseguir grandes cosas.
ResponderEliminarNo es ese el caso de una gran cantidad de miembros del equipo francés, que sobrepasan ampliamente la treintena. Sobre todo los componentes del paquete de delanteros. Para ellos puede haber sido la última ocasión de haber accedido a la final. Es por eso que ganar la liga francesa de nuevo se convierte en una cuasi obligación aunque para ello tendrán enfrente al siempre poderoso Stade Toulosain.
Que Fofana no consiguiese posar el balón fue algo accidental; si un equipo tiene en su 15 titular a jugadores como Sivivatu, Malzieu o Fofana hay que surtirles de balones y dejar de fiarlo todo a las patadas de Brock James.
EliminarCitas al Stade Toulousain y es un ejemplo muy bien traído; los tolosanos están en una crisis de juego y resultados en este final de temporada (lo que les ha llevado a caer en los cuartos de final de la Heineken y a acumular dos derrotas en las últimas jornadas del Top 14 contra equipos de la parte baja de la tabla) pero sabes que siempre salen a ganar el partido.
Es lo que tiene que hacer Clermont.